domingo, 15 de marzo de 2015

Sigue adelante


- Sigue adelante, no te duermas. - Le dijo su compañero, que avanzaba al lado.

Habían salido de Portsmouth el diez de octubre y, tras una breve estancia en la base Casey se habían puesto en marcha hacia la base Vostok, desde la cual partirían más adelante hacia la Amundsen-Scott, en pleno polo sur.

-  Sigue adelante, no te duermas. - Volvió a decirle.

Ya nos habían advertido del peligro que suponían las grietas en el hielo, sobre todo en el actual entorno de aumento de temperaturas. Aún así pensamos que era de esa clase de cosas que sabes que pueden pasar, pero que nunca pasan.

- Sigue adelante, no te duermas.

El hielo se rompió bajo nuestros pies y engulló los trineos, los perros y el equipo. Halleck y Loretto también cayeron. Sólo quedamos Mike, Oleson y yo. Iniciamos el camino de vuelta: la base Vostok no se hallaba muy lejos y sin duda teníamos una oportunidad de conseguirlo. Además, tarde o temprano se extrañarían de no escuchar nuestra voz en la radio y enviarían un vehículo a buscarnos. 

Ninguna perturbación solar podría explicar un silencio tan prolongado. Sólo necesitábamos aguantar.

- Sigue adelante, no te duermas.

Oleson tardó poco en caer. Se le habían congelado ambos brazos y piernas y se desplomó sin fuerzas. 

Sólo quedamos Mike y yo, y entonces...

- Mike.

- Dime.

- Acabo de recordar una cosa.

- ¿Sí?

- Que te rendiste. Te dejaste caer en el hielo y me dijiste "Sigue tú, yo aquí me quedo ".

Su compañero no dijo nada.

- ¿Me estás escuchando, Mike? Eso significa que estás muerto.

Esta vez Mike sonrió con ironía y replicó:

- Sí, es cierto. Y también significa que tú te has quedado dormido.

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