viernes, 31 de agosto de 2007

Via láctea y cristalina.

Me he propuesto retomar el blog y espero ser mas constante que la primera vez. Cuando no tenga nada mejor que decir, me limitaré a poner alguna tontería (bueno, más tontería de lo normal). Y hoy, para empezar, escribiré unas meditaciones sobre profundos conceptos.

¿Que conceptos? Pues por ejemplo, que lo que separa un intervalo de tiempo tomando un vaso de ColaCao fresquito en el sofá de un intervalo de tiempo barriendo cristales, fregando el suelo y pasando el paño por la mesa es un breve instante de patosidad, y también que eso mismo es lo que separa a la leche con cacao de ser una placentera bebida a un líquido asqueroso que lo pringa todo.

Pero ese tiempo que no he desaprovechado en el sofá, entregado a la molicie y a la ingesta de de lacteos, ha sido empleado en la superación de interesantes retos. Por ejemplo: ¿Que hacer cuando las chanclas se llenan de vidrios y no puedes sacar el pie de ellas porque el suelo está igualmente lleno de vidrios? ¿La leche con cristal va al cubo de lo orgánico, al del cristal o al de la guarrería en general? Y el misterio más intrigante: ¿Si acabo de barrer, como es posible que siga habiendo cristales?

Cómo se puede ver, un hecho aparentemente fastidioso como la rotura de un vaso, se puede convertir en una fuente de conocimientos y de ensanchamiento personal (claro, que si me hubiera tomado la leche con ColaCao también habría contribuido a mi ensanchamiento personal, sobre todo si la hubiera acompañado con galletas).

¡Si hasta he mejorado mi vocabulario! He soltado unos tacos que ni yo mismo sabía que conocía.